Segorbe – Texto de aprobación

“APROVACION DEL RMO. PE. FR. ALONSO CANO, Y NIETO DEL ORDEN CALZADO DE LA SSMA. TRINIDAD, REDEMPCION DE CAUTIVOS, LECTOR JUBDO. DE SAGDA. THEOLOGIA, MINISTRO, QUE FUE DE SU COLEGIO DE ALCALÁ DE HENARES, FUNDADOR Y PRIMER PRESIDTE. DE SU R. CONVENTO DE ROMA.

Ave Maria.

Persuadido, a que el buen gusto de las Bellas Artes, y empeño de promoverlas, que oy hace el carácter del Ministerio de nuestra Corte, No defraudará a la Nación de la utilidad, y honor que (sin arriesgar la profecía) me atrebo a pronosticarle de la publicación de esta obra. Creo más que oportuna la preliminar exivición de las Credenciales, que me autorizan, a proferir dictamen sobre facultad agena por su naturaleza de mis estudios, y profesión.

Arrancome la Obediencia de las tareas escolásticas de Alcalá, destinándome a la dirección de la fábrica del nuebo Real Convto. que mi Provincia de Castilla acaba de fundar en esta Corte Romana, coloreándome la permuta vajo el especioso titulo de su primer Prelado. La singularidad de su planta y figura rectángula, con quatro fachadas iguales, de las quatro Calles, que la aíslan, su situación en el Centro de la Ciudad, su elevación, uniformidad, y moderna magnificencia, agregado todo a la novedad, y complacencia, con que hiere el ojo un edificio de esta Clase, sacado enteramte. de planta, y conducido a perfección en todas sus partes a un mismo tiempo, constituie un Cuerpo de Obra nada inferior a las mas sumptuosas, que entre las Modernas se han levantado en Roma. Sin embargo encontré errores de vastante consideraon. en la gran parte de Fabrica, que iba ia construida quando llegue.

No era tan huesped en la facultad pa. dejarlos de reconocer, que no hubiese hecho lugar entre mis Estudios a ojear alga. vez el Arte y uso de Architecta.[1] y el Tratado que entre los demás de su Compendio mathematico escribió de ella el Pe. Tosca[2], cuia obra tampoco olvide echar en la Maleta. Auxiliado de esta corta luz, consulté para el mas oportuno y menos dispendioso remedio de los errores insinuados los Architectos de más nombre. Observé con atención otras fábricas antiguas y modernas para instruirme, y pa. no incurrir en otros en el resto de la fabrica que ha estado a mi cuidado. Le he tenido particularisimo en no desaprovechar la precisión, en que he vivido cinco años de tratar casi continuamente con Alarifes, y Architectos.

Esta es la causa que me presta alguna proporción a poder formar dictamen sobre esta obra, y la que me franqueo la fuente de conocer, y tratar a su Autor, en quien desde el principio confié la dirección de nra. fabrica, y a quien se confesará mi Provincia eternamente Deudora de la perfección y buen gusto, a que ha sido reducida especialmte. la Yglesia. No fue poca lisonja de mi genio, encontrar en Roma un Español que lo pudiera desempeñar. Pero no hubiera vastado mi Pasión nacional a preferirlo a otros, a no estar bien asegurado de las ventajas con que podía distinguirse entre sus facultativos.

Pocos ignoran que la Italia se ha arrogado entre las demás Naciones la escuela de la Architectura, y que Roma, y sus Architectos están Siglos ha en la posesión de la Cathedra de Prima. Confieso que el gran mérito de Vitrubio revalidado diez y seis siglos después por Micael Angelo y algún otro, era Titulo suficiente para esta buena fama. Pero havrán de llevar en paciencia los Romanos de esta era, que les confiese con la misma ingenuidad, haverse echado a dormir a tan buena sombra. Quien no crea mis palabras, ay tiene sus obras. Toda la Enciclopedia, que requiere Vitrubio en los profesores, y que se menciona en la Introducción de este libro, la reducen oy los Romanos, a un poco de diseño, y la tintura de geometría practica y aritmética necesaria para medir y tasar las labores de los Artífices subalternos de que sacan sus emolumtos. prales. En lo demás se vandean pr. la pura practica, y exercicio, como el común de nros. Alarifes.

Pero el Autor ha contado sobre otros principios pa. sus adelantamientos. Las frases, conceptos, y reflexiones, de que va salpicada esta obra, denotan bien por lo claro, que su Educaon. y primeros Estudios fueron para mas que Architecto. Cada pagina es una prueba demonstratiba de sus estudios de latinidad, y philosofia. La comprehension, y claridad, con que se ve extractado en los tratados primero y ultimo, lo más substancial de las operaciones geométricas, y machinarias, junto a las demás especies de Optica, Statica, Hidrometría, y otras facultades matemáticas, vertidas con oportunidad por todo el libro es otro testimonio igualmte. claro, de no haver desaprovechado el tpo. Que en consequencia de su destino al Cuerpo de Yngenieros dedicó a su estudio. La delicadeza y facilidad en el arte del Diseño (de que soy testigo averse admirado los primeros Profesores de esta Corte) igualmte. que el gran conjunto de menudencias, y observaciones mechánicas, conducentes a la practica esparcidas para Instrucción de los principiantes por todo el discurso de la Obra, son consiguientes a la grande expera. adquirida en los años que por S. M. ha estado empleado en la fabrica del nuevo Rl. Palacio de Madrid.

Sobre tan sólidos, como notorios principios, creo sincerada la preferencia que en obra y palabra llevo manifestada, lisongeandome, que no la graduará de pasión nacional, ni hipervole de aprovante, quien leiere esta obra con ojo indiferente.

No pr. esto se inutiliza la singular providencia de nro. Catholico Monarca de haver embiado al Autor a esta Corte para que se perfeccionase en la Architecta. Siendo constante, que en esta facultad, mas Instruien los ojos, que los oidos, y un ruinoso fragmento de la Antigüedad mas, que los consumados Maestros. En cuio genero ministra Roma los materiales, que ningún otro Pueblo de la Europa. Bien que no con aquella generalidad y especie de maravilla que los Italianos venden en sus escritos, pues sin salir de España tenemos piezas de Architectura assi Antigua como Moderna, que no encuentro en Italia. El Aqueducto o Puente, que conduce el Agua a Segovia, y el Puente de Alcántara edificado pr. Trajano sobre el Tajo en Extremadura son dos monumentos de la Antigüedad, que no los conserva iguales en magnificencia y duración la Italia toda. La fabrica del Escorial, y la que se está concluiendo del Real Palacio de Madrid exceden incomparablemte. en sumptuosidad, mole, riqueza, y acierto, a qtas. he visto en Italia y Roma, sin exceptuar la Basílica de Sn. Pedro. Pues aunque en línea de templo es el maior en extensión que tenga el Orbe Catholico, al fin es un templo y no mas, cuia mole no puede competir con el golpe de fabrica del Real Palacio, ni del Escorial.

Lo singular, que tiene Roma pra. instrucción de Architos. es el conjunto de ruinas, y fragmentos ia de Theatros ia de Arcos, ia de Templos de la era de los Cesares, en que la magnifiza. de edificios, y la perfección de la Architectura llegaron a su maior auge. Aquí si que un Capitel medio enterrado, una vassa dislocada, un trozo de Cornisón pr. el suelo, con el resto de la ruinosa antigualla, están escriviendo al aprovechado Architecto un Canon de la mas perfecta Architectura. Que proporcion de unas partes con otras! Que exactitud a las Reglas! Que bella distribución de molduras! Que colocaon. de entallos! Que buen gusto de adornos! Y que fatiga, y nimiedad pa. conducirlos a una inimitable delicadeza, y perfección! Por mi, y aun pr. el Autor (en algas. de estas observazes. que hemos hecho en compa.) puedo certificar que más nos ha arrebatado la admiraon. alguno de estos desperdicios de lo antiguo, que toda la machina de Sn. Pedro. Con justa estimaon. los príncipes de Palestrina en su Magnifico Jardín de Castel Gandolfo conservan sobre un pedestal en sitio spectable qual preciosidad exquisita, un pedazo de Mármol, que en su Montea y molduras demuestra ser fragmento de un antiguo Cornison. Quien no entiende de Architectura solo admira la estrañeza de que no ocupe aquel sitio alga. rara estatua, pero el inteligte., tendrá allí más que admirar, que en todo el resto del Jardín.

Estos son los mudos maestros, de quienes mendiga toda su perfección, y buen gusto la Architectonona. moderna, en cuia escuela se ha exercitado infatigable el Autor tres años, para dejar apurado, quanto moderno, y antiguo, especulativo y practico contiene la facultad. A corresponda. de una serie de estudios y exercicios, como los insinuados, no estrañara el Lector en esta obra, su admirable texido de quanto conduce a la Instrucción y formaon. de un consumado Archito. Solo advierto en ella una cosa sin estudio, y es que no da Indicio de haver tenido Maestro. Esta es la pureza del estilo, su claridad, y fluxo. Igualmte. manifiesta nativa la ordenaon. y contextura de materias. El arte y magisterio de razonar con no vulgares pasages de erudición las vulgares y desabridas. El reducir a subordinaon. y arreglo otras de suio inconexas; la novedad, viveza y precisión con que se tratan todas, y sobre todo la feliz explicaon. con que se desembaraza de operazes. y voces facultativas, pa. darse a entender a muchos de los Profesores que apenas tendrán el auxilio de las primeras letras, es un conjunto de inafectados aliños que no tanto lisongean el gusto del Lector, quanto conspiran a la publica utilidad.

Tantas veces nos tienen repetido los extrangos. particularme. Franceses e Italianos nro. abandono y descuido en las Bellas Artes, que aun a nosotros mismos nos lo han hecho creer. Nada se figuran, ni aun nos figuramos que pueda hallarse curioso e interesante en lengua castellana en las facultades phisico-matematicas, que no sea mendigado de la extrangeria, siguiendo hasta en esto la moda de la moda. Todo libro español huele a vegestorio, no hai folleto estrago. que no sea un milagro. Pero los que hemos rodado ia algo del mundo tenemos el desengaño, de que a buen librar todo el es Pais. Havdo. hecho ojear los Toscas[3] a mas de un erudito de esta Corte q. era de esta misma Creencia, me confesaron ingenuamente que no tenia pieza igual la Lengua Italiana. Por lo que tengo leído del francés tampoco tengo especie de que haia en aquella Lengua un Curso mathematico tan reducido a methodo claridad y concisión.

Pero no siendo este lugar para continuar el cotejo en otras facultades, y authores puedo asegurar sin abanzar mucho la proposición, que en materia de Architectura puede nra. Nacion oponerles este libro, bien segura de que no lo hay igual en lengua alguna. Adelantándole desde ahora el prognostico, de que mui en brebe le traducirán a las extrangas. si como devemos esperar de la Iluminada providencia de nro. Ministerio, consigue la luz publica, de que por tan recomendables Capítulos lo juzgo digno. De esta Rl. Casa de Trinitarios Calzados de Castilla, al Corso de Roma y Agosto 24 de 1750.

Fr. Alonso Cano.”

[1] FRAY LORENZO DE SAN NICOLÁS, Arte y uso de Architectura, 2 tomos, Madrid, 1639 y 1664

[2] TOMÁS VICENTE TOSCA, Compendio Mathematico, t. V, Tratado XIV de la Architectura Civil y Tratado XV de la Montea y Cortes de Cantería, Valencia, 1712. Fue reeditado en Madrid, 1727.

[3] Por «Toscas» se está refiriendo a los veintiocho tratados agrupados en nueve volúmenes del Compendio Matemático, publicados en Valencia entre 1707 y 1715, luego reeditados en Madrid en 1727.

 

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