“En unas ocasiones es la descarnada arquitectura de rojizos ladrillos la que a través de una ventana nos permite ver la exuberancia de los naranjos, en otras es un cuidado campo de olivos el que dejar ver la ruina de un acueducto obra de romanos, invitándonos a ver ambos fragmentos como construcciones de la mano del hombre, el campo cultivado y el acueducto construido. El hombre ha dejado caer el acueducto cuando ha dejado de serle útil, pero no ha dejado de cultivar los olivos o los naranjos. Bérchez los ha fotografiado deteniendo el tiempo y mostrando al mismo nivel ambas obras del hombre”.

[Yolanda Gil Saura, “Joaquín Bérchez: paisajes narrados”, Miscelánea Geográfica, Valencia, 2014]

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