“Pero sobre todo, la luz anima las superficies sobre las que se proyecta mitigando su rigidez y logrando que las sólidas arquitecturas en las que Bérchez posa su mirada adquieran dinamismo y, a menudo, una insospechada ligereza. Que tales sensaciones, habitualmente asociadas al gótico tardío o al barroco, pueda trasmitirla la más desornamentada y conceptual arquitectura neoclásica habla del genio de Bérchez, cuyo ‘Ledoux colonial’ constituye, por su aparente sencillez, una de sus imágenes más logradas. Una aproximación oblicua al edificio, una figura en movimiento que camina en paralelo al mismo enfatizando así el punto de fuga de la composición, y una luz contraria que dibuja afiladas sombras en la fachada, obran el ‘milagro’ de animar la más grávida estructura. Y un milagro operado con recursos estéticos presentes en la pintura occidental desde el Renacimiento: control de la iluminación y disposición diagonal de los principales elementos compositivos con respecto al plano pictórico/fotográfico.”

[Miguel Falomir, “Joaquín Bérchez, “che a veduto assai”, Arquitectura, placer de la mirada, 2009]

“En numerosas fotografías de monumentos históricos, he procurado aprovechar el papel activo y argumental de figurantes la mayoría de las veces casuales, otras dispuestos por mí. En ‘Ledoux colonial’ al fotografiar la famosa obra de Claude Nicolas Ledoux, la Barrière de La Vilette en las afueras de París, en el año 2005, la figura de un emigrante africano, con su colorinista vestido de seda, sorprendido en su discurrir dominical y caminando de manera inadvertida ante el plano oblicuo de los poderosos pilares neoclásicos de la fachada de uno de los monumentos más simbólicos de la arquitectura ilustrada, nos introduce en la cotidianeidad de lo histórico, en esos imprevistos mañanas de la arquitectura.”

[Joaquín Bérchez, “Fotografiar la arquitectura histórica”, IV Jornada de Arquitectura y Fotografía, ed. Iñaki Bergera, Zaragoza, 2015]

Volver