“Múltiples evocaciones de registros variados vienen a la memoria, aguijoneada certeramente por unas sugerentes imágenes, tal como sucede por ejemplo con (…) el ‘Carril bici al cielo’ –ensoñación veraniega del febril Umberto Boccioni en la plaza de Vigevano- o ‘El paseante de Park Avenue’ que nos evoca la obsesión metódica por el tiempo pasado del solitario Funes el memorioso de Borges, desandando el camino andado en un ejercicio mnemotécnico completo.”

[José Gómez Frechina, “Joaquín Bérchez. Arquitectura, placer de la mirada” (2010)]

“Abrir interrogantes en la mirada sobre la arquitectura que damos por conocida, sin olvidar introducir un juicio crítico o histórico desde la fotografía se me ha planteado en numerosos momentos. En la fotografía ‘Carril bici al cielo’ capté la famosa fachada de la catedral de Vigevano (Pavía, Italia) de finales del siglo XVII. De complejo trazado elíptico, fue proyectada por el ya mencionado tratadista español Juan de Caramuel, a la sazón obispo de la sede. Para proporcionar la irregular composición trapezoidal de la plaza, en particular en el lado que la precedía, Caramuel compuso una ingeniosa y extrovertida fachada de sección elíptica cuyas portadas con arcos facilitaban accesos tanto a las naves de la estructura anterior catedralicia como a la calle lateral. Desde la plaza el acceso a esta calle enmarcado por una puerta más de la fachada se ofrecía a la mirada como una nave lateral, desprejuiciadamente abierta, al aire libre. Argumentar desde la fotografía esta insólita composición que el propio Caramuel se ufanó en su tratado de estar volcando en ella los principios de su arquitectura oblicua, me llevó a esperar pacientemente el discurrir de los ciclistas que atravesaban la puerta laica del templo a la calle. La fotografía tiene mucho de presencias sustraídas, de ausencias y silencios que nos hacen interrogar la imagen, también la de la arquitectura y, en este caso, el modo de evidenciar el ingenio de Caramuel se me antojó que podía sugerirse sustrayendo a la mirada la puerta a la calle del templo, y testimoniar el espectáculo de su ocurrencia arquitectónica con otra de índole fotográfico: la del instante en el que una veloz ciclista accede de modo inesperado no a la calle sino al espacio sacro del templo.”

[Joaquín Bérchez, “Fotografiar la arquitectura histórica”, IV Jornada de Arquitectura y Fotografía, ed. Iñaki Bergera, Zaragoza, 2015]

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