“Pero también desde la Plaza se puede ir a otros lugares, a su propio envés –en el que las sombras se convierten en la contrafigura reduplicada incluso del viandante-, a las calles y edificios a los que se llega desde ella –y se hacen contrafigura en su verticalidad- o a otras ‘plazas’, como la horizontal y apabullante, en su monumentalidad y en su vacío, del claustro de la Clerecía.”
[Fernando Marías, “Joaquín Bérchez, Desde la Plaza”, Descubrir el Arte, 2005]