“La neutralización de tiempos genera en la fotografía de Bérchez una especie de luz imaginada, que lo es, y a la vez, de la memoria y de la realidad. Los transeúntes que pasan por la plaza pasan también por el tiempo y por la fotografía, como si ni ellos ni la plaza ni el tiempo acabaran nunca del todo de pasar: como si estuvieran pasando todavía, pero también -y al igual que en la pintura de Rembrandt- como si hubieran desaparecido ya del todo o estuvieran a punto de desaparecer”

[Jaime Siles, “Joaquín Bérchez: La luz imaginada”, Desde la Plaza, Salamanca, 2005]

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