“En las portadas laterales del lienzo de la fachada principal emerge de nuevo, como un obstinado rasgo artístico, la lección de las sombras arrojadas sobre la representación del orden arquitectónico. Viene esta vez de la mano de Vignola y en concreto de su diseño para la portada del palacio de la Cancelleria en Roma, insertada en su Regola delli cinque ordini d’architettura (Roma, 1562), un Vignola muy dieciochesco, diríamos que desde la contemporánea versión de C. M. Delagardette (Claude Mathieu Delagardette, Regles des cinq ordres d’Architecture de Vignole, … suivie d’une seconde Partie, contenant les Leçons élémentaires des Ombres dans l’Architecture, démontrées par Principes, pris dans la Nature, París, 1786), cuya edición española, acompañada de su tratado de las sombras arrojadas sobre los distintos elementos que configuran los órdenes, se preparaba en el medio académico de San Fernando en los años que la frecuentó nuestro artista (…) Tolsá no dudó en recurvar el muro llagado que desemboca en las jambas de la puerta, y alojó –embebidas y separadas del muro- pulcras columnas dóricas de vivas acanaladuras, susceptibles de filtrar luces soleadas o grises, atentas a las mutaciones luminosas de las horas y de las estaciones”.

[Joaquín Bérchez, “El adorno no fue delito: Tolsá en México”, Tolsá. Joaquín Bérchez-Fotografías, Generalitat Valenciana, Valencia, 2008]

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