Aura clásica proporciona un magnífico ejemplo de las posibilidades del color en la fotografía arquitectónica. El color no sólo no enmascara la osamenta geométrica de la imagen –con su intersección de planos, ésta es un alarde de rigor compositivo-, sino que proporciona un poderoso instrumento descriptivo para explorar minuciosamente la realidad, desplegando matices tonales que sugieren cualidades atmosféricas y recrean entumecidas superficies atacadas por la humedad y el tiempo.”

[Miguel Falomir, “Joaquín Bérchez, “che a veduto assai”, Arquitectura, placer de la mirada, 2009]

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